MEDITACIONES

de     P. F.

El libro de Rut: La era y la promesa


Léase por favor Rut 3


Después de algunas semanas tratando con otros temas, regresamos al libro de Rut. Hemos visto como Noemí ahora ve en Booz la posibilidad que él sea el redentor de la familia que ella había perdido en la tierra de Moab. “Nuestro pariente es aquel varón, y uno de los que pueden redimirnos.” En este momento, hace falta en Noemí la certeza de que de veras Booz es el único que puede redimir. “Uno de los que pueden” ella dice que nos hace pensar de la pregunta que puso el Señor Jesús a sus discípulos; “Viniendo Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas.” Mateo 16:13-14 Así el pueblo de Israel, en vez de reconocer a Cristo por quien era, lo veía como “alguno de los profetas.” Pero no, no es alguno, es el único, cosa que Rut y Noemí llegaron a entender pero no de una vez, dándonos de entender que es por ejercicio de conciencia que el remanente de Israel distingue entre el falso mesías, el anticristo, y el verdadero Cristo, el hijo de Dios. “Él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.” ¡Que bendita la respuesta de Pedro, el hombre tan a menudo equivocado pero en esta ocasión, en lo muy importante, completamente correcto!

Hace tiempo que el hermano Victor de Ensenada me preguntaba si fuera bueno predicar el evangelio del libro de Rut, siendo que su aplicación es principalmente relacionada con la profecía del futuro de la nación de Israel y el remanente fiel. Aquí vemos alguna aplicación que el predicador del evangelio puede usar. ¿Es Jesús entonces solo “alguno de los profetas” o como dice Noemí “uno de los que los que nos pueden redimir”? No, para nada, como Rut no iba a tener otro redentor, así el pecador en el día de hoy no tiene otro refugio sino en el Señor Jesús. No hay otro redentor, no hay otro salvador.

Volviendo al capítulo tres, vemos que fue en la era donde trillaron la cebada, o como dice aquí “He aquí que él avienta esta noche la parva de las cebadas.” Hay algunas palabras en el viejo español que yo no entiendo muy bien pero se entiende que Booz se quedaba en el lugar donde separaron la cebada de la paja. Hasta el día de hoy se usa esta expresión, por lo menos en el inglés “separar el trigo de la paja” para decir en palabras sencillas, lo real de lo fingido. Así en la profecía una y otra vez vemos los trajines del remanente de Israel, pasando por este proceso de ser trillado durante la época de la gran tribulación cuando algunos pagarán con sus vidas por esperar a Jesús, el mesías verdadero y rehusar la marca del falso. No olvidamos tampoco la historia de David, cuando pecó contra Jehová y el ángel destruía hasta llegar a la era de Ornán. “Y envió Jehová el ángel a Jerusalén para destruirla; pero cuando él estaba destruyendo, miró Jehová y se arrepintió de aquel mal, y dijo al ángel que destruía: Basta ya; detén tu mano. El ángel de Jehová estaba junto a la era de Ornán jebuseo.” 1 Crónicas 21:15 También vemos que fue en este mismo lugar en Jerusalén donde el templo fue construido. “Comenzó Salomón a edificar la casa de Jehová en Jerusalén, en el monte Moriah, que había sido mostrado a David su padre, en el lugar que David había preparado en la era de Ornán jebuseo.” 2 Crónicas 3:1 Muchas veces he pensado que la adoración empieza donde el juicio fue acabado. Pero desviamos de nuestro tema…

Como decíamos antes, parecía adelantado que Rut fuera así a la era de noche a acostar cerca de Booz, pero como sabemos, era su fe que la guiaba, siendo que Booz no era de su generación, sino un hombre mayor acaso más bien de la generación de su suegro muerto. Y vemos de una vez la apreciación de Booz por su preferencia de uno de mayor edad. “Y él dijo: Bendita seas tú de Jehová, hija mía; has hecho mejor tu postrera bondad que la primera, no yendo en busca de los jóvenes, sean pobres o ricos.” Pero había un impedimento; “Y ahora, aunque es cierto que yo soy pariente cercano, con todo eso hay pariente más cercano que yo.” ¿Qué puede ser entonces el pariente más cercano? Creo que es algo que podemos discernir. El libro de Gálatas fue escrito para dibujar bien la diferencia entre el pariente cercano, el pariente escogido, el pariente lejos de la gracia, la LEY. “Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas.” Gálatas 3:10 La ley no podía redimir, solo podía maldecir. ¡Pero gloria a su nombre! “Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero).” Debe de ser entendible por nosotros, gentiles de nacimiento que nunca estábamos bajo la ley que en especial, esto toca a la nación de Israel, como dice en Isaías 53 “Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido.” “Mi pueblo” es seguramente la nación de Israel. Así en el Salmo 88 vemos a Cristo sufriendo por la nación de Israel bajo la maldición de la ley quebrada. Cristo no era culpable de haber rebelado contra la ley, pero sufría el en la cruz bajo la maldición de aquella ley, aquella ley que la nación necia había escogido. “Sobre mí reposa tu ira, y me has afligido con todas tus ondas. Selah” Salmo 88:7

Acaso terminamos el estudio de este libro precioso la próxima vez, aunque siendo que la semana que viene nos toca la conferencia en Burbank, no sé si me voy a poder dedicar el tiempo para escribir. Si no, buscaré como compartir algo con ustedes, o de la conferencia o de otra meditación.

FELIPE FOURNIER
15 diciembre de 2018